Eduardo Galeano, Héctor Gros Espiell, Bujari Ahmed y Emiliano Gómez en UDELAR |
Diario La Realidad Saharaui, DLRS
Madrid. 13/04/2017
Fuente: Emiliano Gómez Presidente de la Asociación Uruguaya de
Amistad con la República Saharaui.
En víspera de cumplirse el 2º aniversario del fallecimiento del
gran escritor y gran amigo de la causa saharaui, Eduardo Galeano, la Asociación
Uruguaya de Amistad con la República Saharaui, ASUARS rinde homenaje a quien
fuera su primer asociado.
MUROS
“El Muro de Berlín era
la noticia de cada día. De la mañana a la noche leíamos, veíamos, escuchábamos:
el Muro de la Vergüenza, el Muro de la Infamia, la Cortina de Hierro…
Por fin, ese muro, que
merecía caer, cayó. Pero otros muros han brotado, siguen brotando, en el mundo,
y aunque son mucho más grandes que el de Berlín, de ellos se habla poco o nada.
Poco se habla del muro
que los Estados Unidos están alzando en la frontera mexicana, y poco se habla
de las alambradas de Ceuta y Melilla.
Casi nada se habla del
Muro de Cisjordania, que perpetúa la ocupación israelí de tierras palestinas y
de aquí a poco será quince veces más largo que el Muro de Berlín.
Y nada, nada de nada,
se habla del Muro de Marruecos, que desde hace veinte años perpetúa la
ocupación marroquí del Sahara occidental. Este muro, minado de punta a punta y
de punta a punta vigilado por miles de soldados, mide sesenta veces más que el
Muro de Berlín.
¿Por qué será que hay
muros tan altisonantes y muros tan mudos? ¿Será por los muros de la
incomunicación, que los grandes medios de comunicación construyen cada día?
***
En julio del 2004, la
Corte Internacional de Justicia de La Haya sentenció que el Muro de Cisjordania
violaba el derecho internacional y mandó que se demoliera. Hasta ahora, Israel
no se ha enterado.
En octubre de 1975, la
misma Corte había dictaminado: “No se establece la existencia de vínculo alguno
de soberanía entre el Sahara Occidental y Marruecos”. Nos quedamos cortos si
decimos que Marruecos fue sordo. Fue peor: al día siguiente de esta resolución,
desató la invasión, la llamada Marcha verde, y poco después se apoderó a sangre
y fuego de esas vastas tierras ajenas y expulsó a la mayoría de la
población.
Y ahí sigue.
***
Mil y una resoluciones
de las Naciones Unidas han confirmado el derecho a la autodeterminación del
pueblo saharaui.
¿De qué han servido
esas resoluciones? Se iba a hacer un plebiscito, para que la población
decidiera su destino. Para asegurarse la victoria, el monarca de Marruecos
llenó de marroquíes el territorio invadido. Pero al poco tiempo, ni siquiera
los marroquíes fueron dignos de su confianza. Y el rey, que había dicho sí,
dijo que quién sabe. Y después dijo no, y ahora su hijo, heredero del trono,
también dice no. La negativa equivale a una confesión. Negando el derecho de
voto, Marruecos confiesa que ha robado un país.
¿Lo seguiremos
aceptando, como si tal cosa? ¿Aceptando que en la democracia universal los
súbditos sólo podemos ejercer el derecho de obediencia?
¿De qué han servido las
mil y una resoluciones de las Naciones Unidas contra la ocupación israelí de
los territorios palestinos? ¿Y las mil y una resoluciones contra el bloqueo de
Cuba?
El viejo proverbio
enseña:
-La hipocresía es el
impuesto que el vicio paga a la virtud.
***
El patriotismo es, hoy
por hoy, un privilegio de las naciones dominantes.
Cuando lo practican las
naciones dominadas, el patriotismo se hace sospechoso de populismo o
terrorismo, o simplemente no merece la menor atención.
Los patriotas
saharauis, que desde hace treinta años luchan por recuperar su lugar en el
mundo, han logrado el reconocimiento diplomático de ochenta y dos países. Entre
ellos, mi país, el Uruguay, que recientemente se ha sumado a la gran mayoría de
los países latinoamericanos y africanos.
Pero Europa, no. Ningún
país europeo ha reconocido a la República Saharaui. España, tampoco. Éste es un
grave caso de irresponsabilidad, o quizá de amnesia, o al menos de desamor.
Hasta hace treinta años el Sahara era colonia de España, y España tenía el
deber legal y moral de amparar su independencia.
¿Qué dejó allí el
dominio imperial? Al cabo de un siglo, ¿a cuántos universitarios formó? En
total, tres: un médico, un abogado y un perito mercantil. Eso dejó. Y dejó una
traición. España sirvió en bandeja esa tierra y esas gentes para que fueran
devoradas por el reino de Marruecos.
Desde entonces, el
Sahara es la última colonia del África. Le han usurpado la independencia.
***
¿Por qué será que los
ojos se niegan a ver lo que rompe los ojos?
¿Será porque los
saharauis han sido una moneda de cambio, ofrecida por empresas y países que
compran a Marruecos lo que Marruecos vende aunque no sea suyo?
Hace un par de años,
Javier Corcuera entrevistó, en un hospital de Bagdad, a una víctima de los
bombardeos contra Irak. Una bomba le había destrozado un brazo. Y ella, que
tenía ocho años de edad y había sufrido once operaciones, dijo:
-Ojalá no tuviéramos
petróleo.
Quizás el pueblo del
Sahara es culpable porque en sus largas costas
reside el mayor tesoro pesquero del océano Atlántico y porque bajo las
inmensidades de arena, que tan vacías parecen, yace la mayor reserva mundial de
fosfatos y quizá también hay petróleo, gas y uranio.
En el Corán podría
estar, aunque no esté, esta profecía:
-Las riquezas naturales
serán la maldición de las gentes.
***
Los campamentos de
refugiados, al sur de Argelia, están en el más desierto de los desiertos. Es
una vastísima nada, rodeada de nada, donde sólo crecen las piedras. Y sin
embargo, en esas arideces, y en las zonas liberadas, que no son mucho mejores,
los saharauis han sido capaces de crear la sociedad más abierta, y la menos
machista, de todo el mundo musulmán.
Este milagro de los
saharauis, que son muy pobres y muy pocos, no sólo se explica por su porfiada
voluntad de ser libres, que eso sí que sobra en esos lugares donde todo falta:
también se explica, en gran medida, por la solidaridad internacional.
Y la mayor parte de la
ayuda proviene de los pueblos de España. Su energía solidaria, memoria y fuente
de dignidad, es mucho más poderosa que los vaivenes de los gobiernos y los
mezquinos cálculos de las empresas.
Digo solidaridad, no
caridad. La caridad humilla. No se equivoca el proverbio africano que dice:
-La mano que recibe
está siempre debajo de la mano que da.
***
Los saharauis esperan.
Están condenados a pena de angustia perpetua y
de perpetua nostalgia. Los campamentos de refugiados llevan los nombres
de sus ciudades secuestradas, sus perdidos lugares de encuentro, sus
querencias: El Aaiún, Smara…
Ellos se llaman hijos
de las nubes, porque desde siempre persiguen la lluvia.
Desde
hace más de treinta años persiguen, también, la justicia, que en el mundo de nuestro tiempo parece más esquiva
que el agua en el desierto”. (abril 2006)
Eduardo Galenao con el Ministro de Exteriores Saharaui Uld Salek |
Eduardo Galeano con el turbante saharaui en su visita a la República Saharaui |
Eduardo Galeano con el difunto líder saharaui Abdelaziz y el exministro saharaui para America Latina Hach Ahmed |
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