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Por qué España mira tanto a Venezuela y tan poco a Marruecos. El digital español Diario el Boletín

Diario La Realidad Saharaui, DLRS
Madrid. 12/07/2017
Foto. Diario el Boletín
El digital español Diario el Boletín publica este miércoles 12 de julio un interesante análisis periodístico que se echa de menos en la prensa española en general, cuando se trata de informar lejos de los reaccionarios intereses ideológicos. Así la periodista Violeta Muñoz titula su artículo: “Por qué España mira tanto a Venezuela y tan poco a Marruecos”. Nada lejos de la realidad objetiva en el periodismo profesional de transparente estilo y alcance público. Da gusto leer.
Diario La Realidad Saharaui recoge extractos del extenso artículo de opinión de Violeta Muñoz. Un análisis centrado en la parte que corresponde al conflicto del Sahara Occidental y la escabrosa postura del gobierno español respecto a lo que sucede de flagrantes violaciones en derechos humanos y políticos que comete el régimen dictatorial-monárquico-medieval marroquí, contra la población del Sahara Occidental, muy lejos de Venezuela y muy, muy cerca de España. 23 presos políticos saharauis, juzgados por un tribunal militar y posteriormente presentados ante un tribunal civil que no reconocen como legal para juzgarles siendo de ocupación extranjera. Al mismo tiempo un grupo de estudiantes universitarios saharaui paralelamente a esta farsa son juzgados y condenados a 3 y 10 años de cárcel por manifestarse contra la ocupación marroquí a parte de los territorios del Sahara Occidental.
El gobierno de la derecha de España
(…)”La ceguera mediática española con la crisis venezolana no se sostiene a la luz de los criterios de noticiabilidad más básicos”.
El régimen dictatorial marroquí
“La información sobre las revueltas en el Rif despierta lentamente en España”. (…)El de Rif es un pueblo tradicionalmente enemistado con la monarquía por antiguas guerras e invasiones coloniales, pero el espíritu de su particular primavera árabe rebasó la provincia de origen, Alhucemas, y ha sido replicado en capitales marroquíes como Tánger, Marrakech, Casablanca o Fez”.
España como gobierno y como Estado ni condenan, ni dedican en los medios espacios sobre lo que está pasando en Marruecos. Silencio y mirar hacía el otro lado, a las antípodas de Suramérica. [Si quieres desmentir tus adversarios aleja a tus testigos], reza el proverbio saharaui.
Violeta Muñoz escribe resaltando el silencio del gobierno español respecto al conflicto del Sahara Occidental y la grave situación que está generando en la región. “Hasta aquí la fotografía básica sobre la que hay que profundizar leyendo a medios internacionales y diarios españoles con corresponsalías o colaboradores sobre el terreno. Pero la comparación entre el hueco mediático para Marruecos en los últimos ocho meses respecto al altar permanente de los grandes medios españoles reservado a Venezuela es tan inevitable como delirante”.
Adentro hacia el tema del Sahara Occidental y el inaceptable silencio del Estado Español, la periodista señala que “Quizá con un análisis de los criterios de noticiabilidad clásicos podamos excusar a la opinión pública española de girar tanto su cabeza hacia uno de los focos como para quedarse ciega.
¿Es tan lejos el Sahara Occidental de España para no mirar hacia su conflicto, o hasta el momento no le afecta?
Violeta escribe diciendo “Uno de esos principios es la proximidad. España tiene frontera con Marruecos en Ceuta y Melilla y solo los 13 kilómetros de Estrecho de Gibraltar separan a ambos países sin contar a las Ciudades Autónomas. Venezuela está a unos 7.200 kilómetros. Los nexos culturales con el país chavista son el gran argumento para defender el repentino hermanamiento de nuestros medios con la crisis económica, política y social de Venezuela por encima de cualquier otro punto del planeta; es obvio que los lazos culturales entre España y Latinoamérica son innegables y la lengua común es la principal demostración”.
La historia con el Sahara Occidental como excolonia aún está presente en la conciencia del pueblo español.
Violeta recuerda, “Pero quizá sea necesario recordar que España también tuvo colonias africanas. El Protectorado en Marruecos ocupaba precisamente el Rif y el antiguo Sáhara Occidental, mantenidos bajo yugo español hasta 1956 y 1975 respectivamente. Tras décadas de guerras, invasiones e independencias, España es hoy uno de los apoyos internacionales más sólidos de la monarquía marroquí. La Casa Real española ha alabado los avances democráticos del Rey Mohammed VI e incluso algunos políticos españoles creen que Marruecos vivió en los 2000 una especie de Transición española. Existe una relación de protección mutua con épocas de recelos por cuestiones tan centrales como la calidad democrática o los Derechos Humanos. Sobre ellas, una y otra vez, acaba imponiéndose la fuerte hermandad de ambas casas reales y los intereses comunes para mantener las espadas gachas”.
Y más argumentos sobre el silencio el posicionamiento político reaccionario del Estado Español respecto a los saharauis.
“Por otro lado, la comunidad marroquí en España roza las 750.000 personas; la venezolana suma unas 68.000. Más proximidad: la causa de los saharauis, expulsados de su territorio por Marruecos en un exilio de más de medio millón de personas hacia campos de refugiados argelinos, mantiene una intensa llama en decenas de asociaciones y plataformas españolas desde hace lustros”.
Falta hace tocar las cuerdas del violín de paganini para desvelar el misterio y curar la sordera del Estado Español respecto al pueblo saharaui.
Violeta analiza, “La actualidad es otro de los criterios: ambas crisis socio-políticas presentan hoy constantes elementos de actualidad informativa, aunque muchos medios ya señalaron la extraña reaparición de los problemas de Venezuela en el panorama mediático español justo antes de procesos electorales. Otro punto más, la relevancia, complicada de ponderar. Si recurrimos a los Derechos Humanos y consideramos que en Venezuela hay presos políticos, en Marruecos nunca los dejó de haber, a cuenta del conflicto con el Frente Polisario. En 2017 hay que sumar a los del Rif. Con la diferencia de que los presos políticos que ha dejado la revuelta no reclaman la caída del régimen alauí ni luchan por su desaparición como objetivo básico. Una vía que sí han seguido los líderes de la oposición venezolana, que recurrentemente alientan al ejército a derrocar por la fuerza a Maduro”. Y por qué no animar a las FAR de Marruecos hacer lo mismo contra el régimen del rey Mohamed VI.
“La relevancia puede tener otro enfoque: España es la guardiana de la frontera sur europea, pero los servicios impagables de Marruecos para frenar la migración subsahariana hasta el Mediterráneo son muy relevantes. En este sentido, los actos políticos y las posibles violaciones de DDHH de nuestro vecino corresponsabilizan a España a un nivel que no existe, ni parece que vaya a existir, respecto a Venezuela”.
Y con estos dos párrafos que a continuación reproducimos concluye el trabajo de Violeta Muños del diario El Boletin.es. Se sabe que el régimen dictatorial monárquico marroquí tiene vetada la prensa en los territorios que ocupa del Sahara Occidental.
“Hay más criterios, según el clásico elenco de noticiabilidad de Carl Warren en "Géneros periodísticos informativos": suspense, emoción. De nuevo, ambas crisis se ven representadas en ellos, con matices. Pero hay un último índice: las consecuencias. Se pueden cuantificar en número de muertos, heridos, presos políticos, presiones a medios de comunicación, estado posterior de la sociedad.
Y al final una conclusión:
“Pero estamos viendo cómo un trato informativo sumamente desequilibrado también tiene consecuencias para el emisor de los mensajes: nos rodea una narrativa política y mediática desquiciada que alimenta una opinión pública infantil, adicta a las proclamas simplonas y las polémicas sin rigor. ¿Por qué en España hablamos tanto de Venezuela y tan poco del Rif? Porque ya todos, medios y lectores, somos víctimas de nuestro propio vicio por crear y consumir conforme a unos criterios informativos trasnochados, irresponsables e injustos”.
Y los saharauis seguirán su lucha a pesar de su indiferencia carcomida, retrógrada y reaccionaria metrópoli. Diario La Realidad Saharaui, DLRS. Texto íntegro del artículo, leer aquí.


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