Diario La Realidad Saharaui/DLRS
Conchi Moya narra en ‘Las acacias del éxodo’ el
duro pasado y presente del pueblo saharaui y un anhelado futuro esperanzador
Lanza Digital. 12 Octubre 2019 A. Ruiz /Ciudad
Real El Villaseñor acogió la celebración del Día de la Unidad Saharaui con las
rimas del slammer Rafa Psico, la poesía de Bahía Awah y el rap de Yslem ‘Hijo
del Desierto’
“Casi cien años juntos” España y el Sáhara
Occidental y el 12 de octubre, además del Día de la Hispanidad, es el de la
Unidad Nacional Saharaui que se celebró este sábado en el Museo
López-Villaseñor con reivindicativos relatos, poesía y rap.
La escritora madrileña Conchi Moya presentó
‘Las acacias del éxodo’, libro de relatos con una primera parte sobre el pasado
dedicada a “la colonización española, cómo se vivía allí y cómo lo vivían los
españoles y saharauis”; una segunda sobre la actualidad, “una paz que en
realidad es violenta porque no tienen su tierra y están pasando por una
situación muy complicada especialmente en territorio ocupado donde se producen
muchas violaciones de derechos humanos”; y un cuento final sobre el futuro que,
aunque “no se sabe que pasará”, la autora quiere concebirlo como esperanzador
de que “puedan alcanzar su objetivo” y los refugiados puedan volver a un Sáhara
libre.
Todos los relatos reunidos en el libro,
publicado por Sílex Ediciones, “tienen un poso real” y surgen a partir de
historias verdaderas que le han contado, ha visto y algunas que ha vivido la
autora, que comenzó a escribirlos con las movilizaciones desde “el campamento
saharaui Gdeim Izik (Dignidad) en los territorios ocupados por Marruecos que fue
el inicio en 2010 de las primaveras árabes”.
Algunos de los relatos están protagonizados por
activistas saharauis y otros por personas anónimas de un pueblo en el que todos
son “héroes”, no sólo los que han muerto por el conflicto, sino todos los que
están resistiendo tanto la opresión en el Sáhara Occidental como las duras
condiciones y carencias en los campamentos de refugiados, indicó Moya, que
subrayó que ha tratado en todo momento de huir en sus relatos del exotismo y lo
irreal, y resaltó su adhesión a una “causa justa”, la de un pueblo con una
“rica, ancestral, nómada y matriarcal” cultura.
Sombra, remedios sanitarios naturales y
diversos usos de su madera como para muebles proporcionan las acacias en un
entorno como el desierto de escasa vegetación, apreció la escritora sobre el
título de un libro que alude específicamente a un enclave en la parte de
Argelia, “cercana a donde están ahora los campamentos de refugiados, donde los
saharauis cuando huían durante la invasión marroquí hacían una especie de parada
para organizarse y el Frente Polisario les daba las tiendas de campaña y comida
para luego trasladarlos al campamento definitivo donde iban a vivir”.
Acompañada por Marino Masazucra, organizador
del encuentro y autor de la ilustración que anunció el evento, Moya habló,
entre otros temas en la puesta de largo del libro, de la ‘generación de oro’ de
los años 70, algunos de los cuales eran pacifistas –les llamaban saharauis
ye-yés- y tuvieron que “ir a la guerra porque les invadían”; se refirió a las dificultades
que encuentran los refugiados para conseguir la documentación necesaria para
viajar a otros países; e indicó cómo a través de la cultura, y en especial de
la música, los saharauis han buscado trasladar mensajes de sensibilización
sobre sus reivindicaciones.
El concejal de Cultura, Ignacio Sánchez,
asistió al encuentro en el que el slammer ciudarrealeño Rafa Psico interpretó
varias composiciones y el escritor saharaui Bahía Awah habló de la identidad y
cultura afroárabe de los saharauis y recitó poemas suyos -como uno en el que
recreó la primavera en el Sáhara- y de otros autores como Fernando Quiñones,
además de un mensaje de Jorge Guillén de apoyo a “los desvalidos saharauis”. La
cita culminó con la energía y versos del rapero y activista Yslem, Hijo del
Desierto.
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