Diario La Realidad
Saharaui/DLRS, 22/07/2020
- La activista prosaharaui de Nueva Zelanda Josie Butler, recibe amenazas de muerte por parte de los Servicios Secretos marroquies, (DGSN) tras protestar en su país contra las importaciones de fosfato del Sáhara Occidental ocupado
- Marruecos usa sus agentes en la red con perfiles falsos para intimidar a activistas prosaharauis en España y ahora en Nueva Zelanda
"No puedo entender por qué Ravensdown y
Ballance querrían hacer negocios con personas que actúan así. Es
aterrador". Dijo la activista Josie Butler
El periódico neozelandés News Hub publica hoy domingo 12 de julio que la activista neozelandesa Josie Butler ha recibido amenazas de
muerte y violación por internautas marroquíes (agentes del DGTS) muy activos en
la red, sobre todo en Facebook, por su activismo contra empresas neozelandesas que compran de Marruecos fosfato expoliado del Sáhara Occidental ocupado. En Marruecos los que tienen acceso constante a las redes, Facebook y Tweeter que usan para defender sus tesis sobre el Sahahara Occidental,(territorios ocupados) exclusivamente son de los Servicios Secretos, DGTS que operan desde Marruecos y desde sus embajadas y consulados en Europa, caso España y Francia.
Retrospectiva de las denuncias del
espionaje marroquí recogida en la prensa española y francesa
En 2013 el periódico El País alertó sobre el
sucio trabajo que realiza el régimen marroquí en España y así lo sintetiza en
los siguientes objetivos. “El Consejo Nacional de Inteligencia Español (CNI)
alude a la Dirección General de Estudios y Documentación, el servicio secreto
marroquí con más presencia en el extranjero, que dirige Yassin Mansouri, un
compañero de colegio del rey. La DGED tiene dos objetivos principales en
España. El primero es controlar a los 800.000 inmigrantes y en segundo lugar, espiar
las actuaciones de la diplomacia saharaui, delegaciones y representación “del
Frente Polisario y de Argelia, su principal valedor”.
El periódico El Mundo en 2015 sobre el mismo
espionaje marroquí subraya “Los servicios secretos marroquíes campan a sus
anchas en España”.
Le Monde Diplomatique en español,
mucho antes de la prensa española en 2009 escribe, subraya “Rabat utiliza a sus
emigrantes como informadores” y explica que “El espionaje exterior de
Marruecos, conocido por sus siglas DGED y dirigido por Mohamed-Yassin Mansouri,
un civil, amigo del propio rey Mohamed VI, viene aumentando su presencia en la
Unión Europea, donde actúa como interlocutor privilegiado del Gobierno de
Rabat, por encima incluso de sus representaciones diplomáticas y en conflicto,
a veces, con ellas”.
En 2019 el periódico español de Galicia, El Correo Gellego actualiza la presencia del espionaje marroquí en España y destaca
con titular “Memorias de un confidente del CNI español. Desvela cómo actúan en
España los servicios secretos del país vecino y cuál es la labor del
contraespionaje español”.
Y de nuevo El Mundo vuelve al asunto
contra el espionaje marroquí, esta vez, practicado desde el tejido de los
partidos políticos, “El "espía dormido" de Marruecos en las listas
de Puigdemont”
No es extraño que esta vez los tentáculos del
DGTS cruzan al otro charco para intimidar a los eficaces activistas
neozelandeses amigos de la lucha del pueblo saharaui usando el mismo modus
operandi con el que se ha conocido su arcaico estilo de trabajo de inteligencia,
usando su dirección (IP) registradas en Dptos. de inteligencias en
Marruecos y en Consulados, que nunca pudieron ser de simples personas, ya que el país según estudios de organizaciones internacionales las familias tienen limitado el acceso a un ordenador o a la red debido al nivel de pobreza de la población.
La activista neozelandesa Josie Butler el pasado 1 de julios denunció que
estaba recibiendo amenazas de violación y asesinato de Marruecos por su
activismo de protesta contra las importaciones que hace Nueva Zelanda de "fosfato saharaui manchado de
sangre" procedente de los territorios ocupados del Sahara Occidental expoliado desde sus yacimientos en Bucraa, antigua empresa de la época española conocida como (FOSBUCRAA).
La activista por los derechos humanos Josie
Butler a finales de junio de este año organizó en su país una manifestación en Littleton Harbor para denunciar el expolio de los recursos naturales saharaui, y que ha sido muy seguida
por la prensa del país. La protesta fue contra la importación de fertilizantes de roca
fosfato procedente de los territorios del Sahara Occidental ocupado por
Marruecos desde 1975. País acusado por la ONU de ocupación ilegal de la excolonia española
y de cometer violaciones de los derechos humanos contra la población saharaui. Butler tras esta protesta indicó al periódico News Hub que ha recibido amenazas de violación y asesinato por parte de "internautas marroquíes", (DGTS). La activista ha proporcionado capturas de pantallas de
las cartas de amenazas que ha recibido desde Marruecos.
Butler en una entrevista en el periódico News
Hub denunció que, “todas las amenazas
provienen de cuentas de Facebook de personas marroquíes o pro-marroquíes y las
amenazas incluyeron imágenes de la policía militar marroquí”. Y el contenido de estos mensajes en facebook contiene, "Te comeremos dulce y nuestro ejército te violará [sic]" también
otros como “Cuando se trata de nuestro reino, matamos a todas las madres que
ponen su mano", las típica amenazas que reciben los activistas y defensores de derechos humanos saharauis en sus cuentas, propias de los agentes del DGTS marroquí.
La activista junto a un movimiento de
solidaridad neozelandes amigo del pueblo saharaui llevan varios meses realizando
una campaña contra dos compañías de fertilizantes de Nueva Zelanda, la Palence y Ravensdown que están involucradas a través de Marruecos en la importación de
fosfatos del Sáhara Occidental ocupado.
Ante esta situación varios activistas de Nueva
Zelanda protestaron el 1 de julio contra las amenazas dirigidas a la persona
de Josie Butler y pidieron a las compañías involucradas que tomaran las medidas
apropiadas. "Las amenazas violentas son solo otra táctica utilizada por
los regímenes represivos para reprimir la disidencia y evitar que sean
condenados", afirmó el activista Sam Murphy, de la Organización de
Justicia Ambiental, Stepote. Las dos compañías involucradas deben comprender que
están apoyando la violencia contra el pueblo saharaui en el Sáhara Occidental
ocupado y permiten amenazas violentas contra activistas de derechos humanos
neozelandeses”, afirmó Murphy.
Josie Butler dijo al periódico News Hub que ha
comunicado a la policía de Nueva Zelanda, NetSafe las amenazas que recibe de
Marruecos. Y dijo que "Estas
amenazas no son nada en comparación con lo que sufren los saharauis a diario.
No puedo entender por qué esta compañía de mi país quiere que Benson y
Ravensdown traten con personas que se comportan de esta manera. Eso da miedo",
zanjó la activista.
Mientras Balance Company comentó sobre el
asunto, y se postuló que "cualquier tipo de amenaza es inaceptable" y que la
compañía apoya el "diálogo abierto y transparente" sobre cualquier
tema”. Este tipo de intimidación de los servicios secretos marroquíes es habitual en la redes sociales contra el movimiento de solidaridad saharaui en Europa y ahora se ha extendido contra los activistas neozelandeses amigos del pueblo saharaui en Nueva Zelanda.
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