Diario La Realidad Saharaui/DLRS, viernes 16 octubre 2020
ARTICULOS & OPINION
- Algo se mueve en el Sahara: la estrategia del Frente Polisario para desbloquear el conflicto. Denso articulo de información de actualidad del proceso de descolonizacioin y ocupación del Sahara Occidental, retratado por la investigadora María López en el programa de la Cadena Ser, La ventana en Directo.
- Algo se mueve en el Sahara Occidental. ¿Acabará este ataque doble en jaque mate?
Cadena Ser/edición viernes 16/10/2020, por María López Belloso investigadora asociada del proyecto GEARING
ROLES (H2020), Universidad de Deusto
El conflicto del Sahara Occidental,
nacido de la descolonización española en 1975, está encallado en procesos de
negociación infructuosos por el inmovilismo y la falta de voluntad política de
Marruecos. Pero las cosas podrían estar cambiando.
El conflicto del Sahara Occidental
se remonta a la descolonización fallida del territorio por parte de España en
1975. Desde el alto el fuego en 1991 y la firma del Acuerdo Marco el conflicto
se encuentra estancado, encallado en procesos de negociación infructuosos,
condenados al fracaso por el inmovilismo y la falta de voluntad política de
Marruecos. Una partida que lleva ya demasiados años en tablas.
Son numerosos los estudios que han
constatado la inmovilidad marroquí y sus continuas tácticas para la prolongación
del conflicto mientras trata de consolidar su ocupación del territorio.
En este camino, la comunidad internacional,
lejos de potenciar su papel como mediadora imparcial en el conflicto, ha ido
acercando su discurso a las tesis marroquíes, con modificaciones evidentes de
su lenguaje que han eliminado la alusión expresa al referéndum como solución a
la controversia, y evitando asumir un rol más activo en el cumplimiento del
Derecho Internacional.
Este posicionamiento claramente
alineado a los intereses del país ocupante es, si cabe, más evidente desde la
renuncia del último enviado especial del Secretario General de Naciones Unidas,
Hans Kolher, en mayo de 2019. Ha pasado ya más de un año, y el secretario
general sigue sin designar a quien sustituya al excanciller alemán.
Ataque doble para desbloquear el
statu quo
El inmovilismo demostrado por las
Naciones Unidas, la comunidad internacional en general y una de las partes,
Marruecos, no es secundado por la otra parte del conflicto, el Frente
Polisario, que está poniendo en marcha una estrategia de desbloqueo
multisectorial, un ataque doble, en términos ajedrecísticos, que deja claro que
no está dispuesto a la perpetuación del status quo.
En primer lugar, recientemente el
Frente Polisario anunciaba su decisión de iniciar un plan para la
reconstrucción y repoblación de los denominados “territorios liberados”.
Esta decisión no ha sido repentina,
sino que se sustenta en la progresiva apuesta del Frente Polisario de reforzar
la presencia y la visibilidad de los “territorios liberados” desde la
celebración del XII Congreso Nacional del Frente Polisario en Tifariti, el traslado
del parlamento nacional al mismo enclave, y la recomendación institucional de
reforzar los enclaves urbanos en esta parte del territorio.
Como defienden Irene Fernández
Molina y Raquel Ojeda García, esta apuesta por consolidar la presencia del Frente
Polisario en el territorio y su soberanía consolida la visión de la República
Árabe Saharaui Democrática (RASD) como un “híbrido entre un Estado en el exilio
y un paraestado”.
Esta estrategia de reconstrucción
se enmarca, según Brahim Gali, secretario general del Frente Polisario, en una
consolidación de su soberanía sobre el territorio y en la búsqueda de
alternativas para las miles de personas refugiadas que sobreviven desde hace
décadas en los campamentos de población refugiada de Tinduf.
Sin embargo, esta apuesta también
puede dar lugar a que se retomen vías ya descartadas para la solución del
conflicto, como la partición del territorio, que como señalaba Carlos Ruiz
Miguel, “no son acordes con el Derecho Internacional vigente”.
Desde los territorios ocupados,
Aminetu Haidar, conocida activista de los derechos humanos y premiada
internacionalmente por su lucha no violenta ha anunciado la constitución de un
nuevo movimiento, instancia saharaui contra la ocupación marroquí.
El nacimiento de un nuevo
movimiento
La creación de este nuevo
movimiento puede leerse en clave internacional y regional: como una apuesta
clara de crear un movimiento que aboga por el derecho de autodeterminación del
pueblo saharaui desde los territorios ocupados alineándose claramente en el
entorno regional africano; y en clave política interna marroquí, evidenciando
que no es sólo el movimiento secesionista Hirak en el Rif el que cuestiona la
soberanía nacional, a pesar de la distinta naturaleza de ambos territorios.
En su documento constitutivo, el
movimiento manifiesta abiertamente su voluntad de “defender los derechos del
pueblo saharaui a la libertad, la independencia y la dignidad a través de
medios legítimos no violentos según lo estipulado en los marcos internacionales
y la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos basada en la
protección de todos los ciudadanos y derechos culturales ”
El derecho a la autoderminación del
pueblo saharaui
Esta referencia clara al sistema
africano de protección de derechos humanos recuerda que Marruecos convive ya en
la UA con la RASD, miembro fundador de la organización regional africana que ha
respaldado en todo momento la subjetividad de la RASD y su legitimidad como
miembro de la organización, así como el derecho a la autodeterminación del
pueblo saharaui como solución al conflicto.
La respuesta de Marruecos no se ha
hecho esperar, y desde la proclamación del movimiento ha emprendido una campaña
de hostigamiento y acoso a la propia Aminetu y a otros activistas de derechos
humanos .
Esta nueva oleada de represión y
persecución de los activistas de derechos humanos en los territorios ocupados
refuerza el protagonismo de la protección de los derechos humanos en la agenda
del conflicto, que sigue evidenciando la necesidad de la ampliación del mandato
de la MINURSO, pendiente de la renovación de su mandato este mes, y una
protección efectiva de la población saharaui por parte de los mecanismos
internacionales.
Marruecos, por su parte, ha tratado
de consolidar la ocupación del territorio a través de la inauguración de
distintos consulados y la construcción de nuevas infraestructuras en el
territorio, como nuevos puertos pesqueros. Esta construcción de infraestructuras,
unidas a la proclamación en enero de dos leyes por las que se actualizaban los
límites de sus aguas territoriales y de su zona económica exclusiva, incluyendo
las aguas situadas frente a la costa del Sáhara Occidental, suponen una “nueva
vulneración del estatus del territorio Territorio No Autónomo”.
Otra zona clave en la batalla por
el control del territorio y por la preservación de la legalidad internacional
es el enclave de El Guerguerat. Este paso fronterizo, que según el acuerdo
militar entre el Frente Polisario y Marruecos con la MINURSO es un área
restringida, se ha convertido en un enclave crucial desde que Marruecos lo
convirtiera en 2016 en uno de los pasos ilegales más frecuentados del mundo.
La zona ha sido un foco de tensión
constante entre las partes, y recientemente ha vuelto a ser cerrada por
manifestantes saharauis que protestaban por el tránsito de vehículos alegando
que contribuyen a la explotación de los recursos naturales.
El aumento de la tensión en la zona
ha llevado al presidente de la RASD, Brahim Ghali, a declarar que “cualquier
daño infligido a un ciudadano saharaui en El Guerguerat será una declaración de
guerra.”
La batalla legal
Sin embargo, la estrategia del
Frente Polisario para desbloquear el conflicto no se limita a las mencionadas
iniciativas en el territorio, sino que en los últimos años ha potenciado
también la batalla legal con la presentación de distintos recursos,
especialmente ante las instituciones europeas, denunciando la explotación
ilegal de los recursos naturales del territorio y la vulneración de su estatuto
como Territorio No autónomo.
En este contexto cabe preguntarse
cuál va a ser el papel de la comunidad internacional y cuál va a ser el de
España, como potencia colonial del territorio. El cambio en la presidencia del
Consejo de Seguridad, asumida por Rusia en este mes de octubre, y el hecho de
que haya programado en la agenda del Consejo tres reuniones para abordar la
cuestión saharaui y concretamente la renovación de la MINURSO, ha puesto a
trabajar a los aparatos diplomáticos de ambas partes.
Sudáfrica, uno de los principales
aliados de la RASD, es miembro del Consejo de Seguridad en la actualidad, y lo
presidirá durante el mes de diciembre, por lo que se prevé que presione para
que continúen las negociaciones para solventar el conflicto. Sin embargo, el
Secretario general sigue sin designar a un nuevo Enviado Personal que pudiera
retomar las negociaciones iniciadas por Kolher.
¿Neutralidad activa?
España, por su parte, mantiene su
postura de “neutralidad activa”, abogando por el respeto de las resoluciones de
Naciones Unidas y la búsqueda de una “solución política justa, duradera y
mutuamente aceptable” eludiendo mencionar el derecho a la autodeterminación del
pueblo saharaui.
Sin embargo, es bien sabido que en
derecho no existe el concepto de “neutralidad activa” y que quienes la
sostienen, como afirmaba el profesor Juan Soroeta Liceras, quien no apoya la
aplicación del derecho, que es claro en el caso del Sahara occidental, “está
promoviendo su violación”.
Pero es que, además, según Soroeta,
la pretendida “neutralidad activa” española no es sino una evidente parcialidad
que se traduce en el apoyo explícito de las posturas del ocupante, como
evidencia la participación del expresidente español José Luis Rodriguez
Zapatero en el congreso del movimiento “Saharauis por la Paz”, un movimiento
disidente del Frente Polisario que trata de romper la unidad del movimiento
saharaui, como ya lo hicieran anteriormente Jat Chahid o la Iniciativa Saharaui
por el Cambio.
Todo parece indicar, pues, que se
están dando pasos para desbloquear el conflicto, y que sólo una de las partes,
Marruecos, está interesada en prolongar el statu quo. También es claro el marco
legal aplicable a una situación derivada de una descolonización inconclusa,
pese a los intentos constantes por eludir las obligaciones internacionales y
alterar la naturaleza del territorio.
Algo se mueve en el Sahara
Occidental. ¿Acabará este ataque doble en jaque mate?
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