Diario La Realidad Saharaui/ DLRS, 24/05/2021 صحيفة الواقع الصحراوي
ARTICULO DE OPINIOÍN
El Sáhara Occidental, moneda de
cambio, por la periodista y escritor española Yolanda Sobero de la Radio Televisión
Española, ente publica, RTVE
España es la potencia
administradora de iure del territorio del Sáhara Occidental hasta que concluya
su descolonización
La Unión Europea no reconoce la
soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental
Ceuta ha sido el último punto
caliente de un pulso diplomático cuyo foco está más al sur y a lo largo de la
costa atlántica, el Sáhara Occidental.
El punto de arranque es el 10 de diciembre
del año pasado, cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firma una
declaración con dos decisiones de gran calado y complementarias: el
reconocimiento de la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental y el
establecimiento de relaciones diplomáticas entre el reino alauí e Israel.
Entre los críticos a esta decisión,
un destacado republicano y secretario de Estado durante la presidencia de
George Bush, James Baker, y muy buen conocedor del conflicto, ya que, entre
1997 y 2004, fue enviado especial del Secretario General de la ONU para el
Sáhara Occidental y propuso un plan de arreglo, finalmente rechazado por Rabat,
ya que culminaba con un referéndum de autodeterminación.
Contrariado por la decisión, en un
artículo publicado en The Washington Post, James Baker subraya que es "un
asombroso retroceso en los principios del derecho internacional y la diplomacia
que Estados Unidos ha defendido y respetado durante muchos años. Esta
precipitada medida disfrazada de diplomacia contribuirá a agravar el actual
estancamiento en la resolución del prolongado conflicto entre Marruecos y el
pueblo del Sáhara Occidental sobre el estatus de ese territorio. Además,
amenaza con complicar nuestras relaciones con Argelia, un importante socio
estratégico, y tiene consecuencias negativas en la situación general del Norte
de África".
Como enviado especial del
Secretario General de la ONU, James Baker viajó en su día a los campamentos de
refugiados saharauis en Tinduf. Desde entonces, no solo no se ha avanzado en la
resolución de este conflicto, sino que la situación se ha agravado. Lo único
efectivo del Plan de la ONU, en vigor desde septiembre de 1991, es el alto el
fuego, pero, a mediados de noviembre del pasado año, quedó roto en la zona de
Guerguerat, fronteriza con Mauritania.
La posición de la Unión Europea
Aunque en la Unión Europea la
postura marroquí tiene defensores, de momento, no parece que Bruselas esté
dispuesta a tomar una decisión similar a la de Washington. Tras el
reconocimiento de Trump, se apresuró a expresar su apoyo a las resoluciones de
la ONU y a un acuerdo pactado entre las partes, incluido un referéndum de
autodeterminación.
En la cuestión del conflicto del
Sáhara Occidental, la Unión Europea no reconoce la soberanía marroquí sobre el
Sáhara Occidental, al que considera "territorio no autónomo de facto
administrado por Marruecos", y aboga oficialmente por “una solución justa,
duradera y mutuamente aceptable”. Pero existen diferencias entre los socios. En
esta ocasión, la postura más molesta para Rabat ha sido la de Alemania,
llegando a retirar su embajador en Berlín a principios de mayo, calificando de
‘destructiva’ la postura en este asunto.
Por su parte, Francia suele ser la
más favorable a los intereses de Rabat, dispuesta a vetar siempre en el Consejo
de Seguridad de la ONU las propuestas contrarias a los intereses marroquíes.
Así, por ejemplo, en 2013 impidió que la Misión de Naciones Unidas, encargada
de velar por el alto el fuego y de organizar el referéndum previsto en el plan
de paz, supervisase las violaciones de derechos humanos en el Sáhara
Occidental.
La justicia europea anula la
aplicación del acuerdo comercial con Marruecos por incluir al Sáhara occidental
La justicia europea anula la
aplicación del acuerdo comercial con Marruecos por incluir al Sáhara occidental
En los asuntos económicos, la
posición comunitaria es mucho más ambigua. En sus acuerdos comerciales con
Rabat, la Comisión y el Consejo Europeo le permiten incluir el territorio del
Sáhara Occidental y, por ello, beneficiarse de sus recursos, entre ellos la
pesca y los fosfatos. Sin embargo, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea
se ha pronunciado en contra de estos acuerdos y se espera que haga lo mismo con
el acuerdo de pesca vigente.
En cuanto a España, su papel es el
más complicado. Para el derecho internacional y Naciones Unidas, es la potencia
administradora de iure del territorio del Sáhara Occidental hasta que concluya
su descolonización. Pero, por otro lado, le son esenciales unas buenas
relaciones con sus vecinos del sur, en particular con Marruecos, un vecino
hábil en crearle problemas cuando los vientos no soplan a su favor.
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